Grandes críticas al primer senador de Vox, el que fuera presidente de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz, porque fue el único senador que se opuso a una declaración de la cámara contra la xenofobia en el deporte.

De inmediato, Javier Maroto (PP), Adriana Lastra (PSOE), Irene Montero (Podemos), Albert Rivera (Cs), todos ellos personajes de gran calado intelectual, se rasgaron las vestiduras ante las cámaras hablando de la ultraderecha que lucha contra la igualdad.

Pues bien, Alcaraz demostró ser el único senador con sentido común, porque no vetó la igualdad de todos, algo muy deseable. El documento, que como tantos otros de la ideología de género, lo que pretendía era castigar al discrepante.

Dices que en el deporte no debe haber discriminaciones por razón de género -perdón, de géneros, que son muchos-, pero también dices que quien atente contra la igualdad de género (según tus criterios, naturalmente) debe ser penalizado. A partir de ahí, cualquier opinión, por ejemplo, la cristiana, sobre la homosexualidad puede ser perseguida por homófoba.

Así que Alcaraz ha hecho muy bien. Prestigia a su partido, Vox, que tanto necesita ese voto en valores; que no es voto de derechas, sino de sentido común.