No es el primer caso, pero tampoco será el último. Una menor acusa al compañero de su madre de abuso y, ya en el juzgado, afirma que mintió. Sin embargo, la Fiscalía no cree esto último y mantiene la pena de seis años de cárcel y diez de alejamiento con libertad vigilada. Hay que resaltar que el susodicho se ofreció, entre 2010 y 2016, a recibir visitas de los servicios sociales sin previo aviso como reacción a otra denuncia de la misma.

Si la joven dice la verdad o miente no está del todo claro. No obstante, en estos casos en los que se enfrenta la palabra de ella contra la del otro, queda claro que hay que proteger a la mujer… que con tan solo la palabra puede llegar a arruinar la vida del varón. Todos feministas y todos contentos... más o menos.

Las denuncias falsas son una realidad, la violencia física no es el único tipo de violencia que existe y en caso de que -tal y como ha afirmado la presunta víctima- este hombre sea inocente, da lo mismo, pues ya está marcado por un delito durante seis años, diez, o el resto de su vida.