Algunos hablan de “profanación de un templo católico” tras la enésima decisión insoslayable del Gobierno Sánchez para exhumar la momia de Franco del Valle de los Caídos.

No es profanación porque se exhume a Franco, sino porque el que fuera jefe del Estado está enterrado en la basílica del Valle de los Caídos. Y eso sí es profanar. Así que quien diga que se trata de una profanación tiene parte de razón, siempre que no confunda el templo con quien allí está enterrado

Pero es que, además, y esto es lo importante, Pedro Sánchez pretende dos cosas con la monserga de la exhumación:

  1. La primera: ganar votos de todos los resentidos de la Guerra Civil, que en España continúan siendo legión.
  2. La segunda: cargarse la basílica católica, la cruz del Valle y el monasterio de benedictinos, que son las cosas que un cristófobo como él no puede soportar.

La cruz del Valle de los Caídos es “esa horrible cruz” como dijera su segunda, Carmen Calvo, más conocida ya como doña Carmen ‘Clavo’, desconocemos el porqué.