Emile Ratelband está consternado. Su DNI dice que nació en 1949 pero él asegura que el documento no refleja la realidad. Él se siente veinte años más joven y quiere cambiar la fecha a 1969. “Si uno puede cambiarse de nombre porque no le gusta el suyo, cambiarse de sexo porque no se siente identificado con su cuerpo… ¡¿Por qué no puedo tener los años que creo que me corresponden?!”, se pregunta.

La justicia holandesa, sin embargo, le ha cerrado las puertas. Sí, “está en su derecho de sentirse todo lo joven que quiera y actuar en consecuencia”, según el tribunal. Ahora bien, el juez no ve necesario el cambio de fecha en su DNI, entre otras razones porque “desaparecerían veinte años de datos en el registro de la sociedad civil y eso tendría todo tipo de consecuencias legales y sociales. La importancia de que los registros contengan información objetiva correcta debe ser primordial”, sentencia el frío e insensible tribunal, que no comprende el infierno que está viviendo el pobre de Ratelband.

Y es que este jubilado holandés quiere encontrar el amor a través de la red social Tinder y la edad no hace más que darle problemas. Así se lo explicó al juez cuando le pidió que le quitara 20 años. Señoría, quiero volver a casarme, pedir una hipoteca, encontrar el trabajo de mis sueños… en definitiva, empezar a vivir. ¿No lo entiende? Estoy en la flor de la vida y mi DNI no lo refleja. Además, no tengo arrugas.

Ratelband recurrirá la sentencia. Amigo, eres un campeón.