Los comerciantes de Barcelona piden al gobierno de la alcaldesa Ada Colau mucha prudencia a la hora de plantear reformas en la movilidad de la ciudad

“Tenemos una emergencia sanitaria y económica -dice Gabriel Jené, de Barcelona Oberta-, y si la administración entra con la vara de las restricciones llevará al comercio al suicidio. Vamos a sufrir la destrucción de miles de puestos de trabajo. Cuando volvamos a abrir vamos a vender la mitad de los que vendíamos un año atrás. Lo primero que tenemos que hacer es recuperarnos. No es el momento de dificultar el acceso a las zonas comerciales, de implantar supermanzanas sin consenso... ¡es una barbaridad ponerse ahora a poner cortapisas de cualquier tipo! Si nos ponen más palos en las ruedas no nos recuperaremos nunca, dejaremos de pagar impuestos y el estado del bienestar que tanto necesitamos se verá muy afectado. Barcelona ha de abordar la emergencia climática una vez haya normalizado sus actividades económicas”.

Ada, no desesperes, si los comerciantes no te apoyan en tu lucha climática, la vice Ribera sí. Porque para ella el coronavirus es una oportunidad para el medio ambiente: más calidad del aire, menos coches, teletrabajo...

La talibana verde del Gobierno Sánchez propone una economía verde para salir de la crisis: o sea, más gasto público y más deuda. Al que no mate el virus, le arruinará Sánchez. O, en el caso de Barcelona, Ada Colau…