Decíamos ayer que el presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu (en la imagen), había dado en la diana al advertir que todavía hay algo más tonto que una guerra del pasivo en la banca española: una guerra del activo. Ahora, con motivo de la Junta General, Oliu ha vuelto a recordar otra obviedad, que siempre resultan las más ignoradas: las fusiones no se producen por libre decisión de los fusionados. En tal caso, eso ocurriría con las absorciones. Las fusiones se deciden por las presiones de los reguladores sobre la banca. Y la única manera de aumentar capital -que no beneficio- es fusionarse, comer o desaparecer. Ahora bien, el tamaño no tiene nada que ver con la rentabilidad. No lo decimos en Hispanidad, lo dice un banquero de cuna y al frente del quinto banco del país. Algo sabrá. Hispanidad redaccion@hispanidad.com