Domingo 21 de julio. Vuelo Palma de Mallorca-Barcelona, operado por Vueling. Hasta ahí, todo normal.

La tranquilidad de la jornada se rompe cuando la tripulación de la compañía impide a una pasajera que vuele con ellos por, parece ser, llevar un body muy escotado. Que si un body, que si un bañador, total que Vueling le prohíbe subir al avión. Lo publica el Ideal de Granada

A partir de ese momento, protestas de la afectada, de su hermana y de pasajeros que la apoyan. En este vídeo se escucha a una de las pasajeras opinar que la “chica está guapísima”. Parece que nadie entiende por qué no puede viajar. También se escucha un “si no molesta a nadie”.

Pues, parece que la indumentaria de la chica sí perturba, porque la compañía esgrime en un twitter los artículos con los que justifica su decisión.

 

 

Hace referencia a que la medida puede aplicarse por la conducta, el estado, la edad o la condición mental o física del pasajero. También que pueda ser necesario para evitar daño, incomodidad o molestias graves a otros pasajeros o a la tripulación. Y hasta por la seguridad de pasajeros o tripulantes… No entiendo cómo, si seguro que en esa prenda no podría esconder ninguna bomba.

En fin, las normas morales han dejado de existir, eso sería fascismo. Pero las normas de seguridad no sólo existen sino que, además, se multiplican... y agobian mucho más que las normas morales que, además, si se aplican correctamente, resultan liberadoras.

‘Stupid society’.