El especulador húngaro hace el ridículo en Davos con sus críticas, poco intencionadas,  a Trump. Lo que diga el magnate George Soros sobre Trump tiene el mismo interés que un devocionario para un ateo, lo cual es un problema para los que ven la política con más argumento que la inquina, desde luego. O lo que es lo mismo, en este caso, para que el presidente del American First gane más adeptos todavía, para mayor disgusto de Hillary Clinton, a la que el especulador húngaro apoyó fervientemente. El caso es que Soros ha aparcado ese aspecto -su apetito de ganar más y más dinero- para decir, en Davos, que el ególatra presidente americano es "un peligro para el mundo" y lo ha comparado con otro que tal baila, Vladimir Putin, a quien le encantaría emular para crear un "Estado mafioso". Lo más curioso de lo dicho es que ese peligro de guerra, nuclear en concreto, no será por culpa del sputnik Kim Jong-un, que manda en Corea del Norte, sino por Trump. O será, que la culpa será, sí o sí, de EEUU. Hispanidad redaccion@hispanidad.com