¡Laus Deo! La aprobación por referéndum en Irlanda del matrimonio gay: no sólo se puede hablar de una derrota de los principios cristianos "sino de una derrota de la humanidad". Llevamos diciéndolo desde tiempo atrás: desde Navidad el Papa Francisco, probablemente, no lo sé, alarmado por las curiosas interpretaciones que el Nuevo Orden Mundial (NOM) daba a muchas de sus manifestaciones, ha hecho hincapié en determinadas cuestiones de doctrina que se estaban tergiversando. Sobre todo, de cara a la segunda parte del Sínodo de la Familia, que tanto alarma creó en mas de uno -por ejemplo en mí- tras la escandalosa manipulación que los clérigos progres (algo todavía más tonto que un obrero de derechas o que un varón feminista) perpetraron del mismo. Y no sólo eso, sino que sus colaboradores andan en lo mismo. Por ejemplo, el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, asegura, tras la instauración -sí, por referéndum- del homomonio en Irlanda, que el matrimonio homosexual es una derrota para la humanidad. ¡Qué decepción!, queridos progres. El enemigo está dentro. Ahora que pensábamos haber conquistado el Vaticano con la "primavera de Francisco" (¡Qué horterada, madre mía) resulta que la curia, la puñetera curia, da marcha atrás. Esto es grave, pollos. Para entendernos: que se acabó el experimento. Como sois de dura cerviz e incircuncisos de corazón -sobre todo lo segundo- lo mejor es explicaros las cosa muy claritas: homomonio igual a aberración. Hispanidad redaccion@hispanidad.com