“Solo queríamos entrar en Ceuta” ni tan siquiera dijo España el autollamado portavoz de los 600 violentos que asaltaron la valla de la ciudad española de Ceuta, con sierras eléctricas, radiales, machetes y arrojando cal viva a los agentes de la Guardia Civil.

Es decir, que los chicos tan solo querían violentar una frontera para que, encima, una vez entrados de forma violenta, tuviéramos que cuidarlos “humanitariamente”, según adverbio forzado de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. Pero conste que “no queríamos matar a nadie ni nada de eso”. Si acaso, fastidiar, pero nunca matar.

Mientras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no se ha dignado visitar a los guardias civiles heridos

Mientras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no se ha dignado visitar a los guardias civiles heridos y ha tenido que ser una asociación privada la que lleve a los interfectos ante los tribunales, sin muchas posibilidades de que prospere, dicho sea de paso, porque la Fiscalía del Estado no ayuda.

A los violentos que entran de ese modelo que fuerzan la frontera cualquier país digno les hubiera puesto de patitas en la calle con un puntapié en el trasero.

Ayudar al inmigrante sí, pero no a estos sinvergüenzas. 

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