El lehendakari, Iñigo Urkullu, no ha tardado en reaccionar a la última torpeza de Pedro Sánchez en Canadá, que ha puesto a Quebec como solución de problemas políticos como el catalán. Y es que Quebec es también, desde los tiempos de Xabier Arzalluz al frente del PNV, el referente del nacionalismo vasco.

Sánchez ha sacado a colación Quebec, porque “solucionó la crisis en Canadá”. Se refería así al referéndum de 1995, en el que ganó el no de Quebec, por estrecho margen, a separarse del resto, pero ha callado que ese fue el segundo referéndum, tras el celebrado en 1980, y que en el ánimo de cualquier nacionalista está siempre que haya uno más, hasta la victoria final.

Eso es lo que ha defendido siempre, qué cosas, el PNV, que eufemísticamente, dice ahora Urkullu (a través de Twitter), “abre la puerta a una solución desde el diálogo y el acuerdo institucional y político”. Eufemísticamente, porque lo que siempre ha querido el PNV, como el independentismo catalán, es un referéndum.