El actual miedo a Podemos, dirigido por Pablo Iglesias (en la imagen), es el mismo miedo del votante de izquierdas cuando le dicen que viene la derecha, o el aún mayor temor, pánico, del visitante de derechas cuando le dicen que vuelve el zapaterismo.

La pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Votamos para ganar o votamos en coherencia con nuestros principios? Si se trata de lo segundo entonces no hay que votar al mal menor, desde luego no al PP. Vote a los partidos frikis pero que coincidan con su conciencia.

Por de pronto, como ya han recordado varios obispos, un católico no puede votar a ningún partido que ahora mismo tiene representación parlamentaria. Todos ellos repugnan la conciencia católica.

Hispanidad

redaccion@hispanidad.com