Barack Obama (en la imagen) sufre Síndrome de Estocolmo respecto al Islam. Así, está dispuesto a ceder al chantaje de Arabia Saudí, junto a Paquistán, la peor tiranía islámica (y mira que hay donde elegir). En definitiva, está dispuesto a vetar que los norteamericanos puedan demandar a Arabia Saudí como financiadora del atentado del 11-S. Perdón: presunto financiador, siempre presunto. Pero lo mejor es la razón que aduce Obama: corre peligro la reciprocidad, atención, de que los particulares no puedan demandar a los Estados. ¿Y por qué no? ¿A qué viene esa tiranía de que el Estado puede ejercer todos los derechos y el individuo ninguno? Y luego dicen que el comunismo ha muerto. En cualquier caso, si Obama defiende la muy sana reciprocidad no tiene más que aplicarlo al asusto religioso: que al igual que los musulmanes pueden practicar su religión en Occidente los cristianos puedan hacer lo propio en los países musulmanes… sin ser asesinados. Sí, asesinados. Hispanidad redaccion@hispanidad.com