Mariano Rajoy (en la imagen) se ha tomado muchas molestias para acudir al Principado de Andorra, minúsculo país. Lo del tratado contra la doble imposición está bien pero lo cierto es que lo que se pretende es que Andorra deje de ser el cuasi-paraíso fiscal en el que se refugian fortunas españolas, preferentemente catalanes, para eludir los pagos a Hacienda. En este sentido, lo del caso Pujol es una anécdota.

Ahora bien, el presidente del Gobierno español ha hablado de otras cuestiones. Ha hablado y nada ha dicho de las nominaciones para la Presidencia de la Comunidad de Madrid y para el Ayuntamiento de la capital. Porque le han preguntado por ello, claro está. Asegura Rajoy que el PP tiene su propia normativa interna para nombrar candidatos. ¡Qué mentiroso, Mariano! En efecto, todas las comunidades autónomas y ayuntamientos elaboran sus listas de candidatos y luego las someten a Génova, es decir, a Moncloa. Todas menos Madrid. En Madrid, tanto para la comunidad como para el ayuntamiento, la elección del PP madrileño no sirve de nada. Es Rajoy quien decide los nombres. Y lo más importante es su tentación de enviar a Soraya Sáenz de Santamaría al Ayuntamiento madrileño. Y lo cierto es que a Soraya no le apetece nada y los sorayos se resisten. Si no, lean el ABC de hoy jueves, el periódico donde Soraya influye más.

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