A ver si nos entendemos: o Rafa Nadal se dopaba o no se dopaba. La ministra francesa del Deporte, Roseline Bachelot,  dijo que sí, que se dopaba. Entonces, los jueces franceses le han condenado a 10.000 euros por 'difamación'. ¡Qué difamación ni que ocho cuartos! Será calumnia o no será nada. O Nadal se dopaba o no se dopaba. Si se dopaba, Bachelot dijo la verdad, si no se dopaba, Bachelot miente. Lo que no vale es que el juez se atenga a que Bachelot no demostró el dopaje de Nadal. Porque entonces la gente puede pensar que Nadal es un jetas pero que su acusadora no ha logrado demostrar lo jetas que es. Para entendernos, la justicia humana es una filfa. Le hemos otorgado decidir qué es verdad y qué no lo es… y entonces hemos vuelto a la falacia, al fariseísmo y a la hipocresía. Hispanidad redaccion@hispanidad.com