No se me pierdan que ya me pierdo yo. Lo que ha ocurrido durante la mañana del jueves es que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se ha cargado a los consellers que se han quedado en PDeCAT, heredera de la heredera de Convergencia, y no se han unido a JxCAT, la formación que lidera el prófugo Puigdemont, que se ha vuelto más independentista que ERC y la CUP juntos (bueno la CUP es menos independentista que majadera).

Torra también se ha cargado al titular de Interior, Miquel Buch, un poco lapso: pretendía que la policía autonómica impusiera el orden en las calles incluso cuando los violentos eran indepes. Y claro, eso no puede ser.

Quim Torra y Carles Puigdemont son dos genios. Tienen dividido al gobierno catalán de coalición entre burgueses (todos los antedichos) y proletarios (ERC). Tienen divididos a los indepes y burgueses entre sí. Tienen dividida a toda Cataluña entre indepes y unionistas. Por ahora, no se han dividido entre Torra y Puigdemont, pero todo podría ser. Pero no duden que, si alguien no detiene esto, la sopa de letras de la política catalana va a necesitar un vademécum anexo para saber quién es quién. En formato digital, que es más fácil hacer los cambios que en formato vegetal.