Uralita llegó a un acuerdo hace dos años con KKR -ese fondo, ya saben, que no es una monjita de la caridad precisamente- para salvar su deuda. No era una buena compañía para la empresa, aunque le abrió una línea de 320 millones para salir del paso. Finalmente, Uralita -propiedad en un 80% de la familia Serratosa (en la imagen) no ha podido cumplir con el fondo de capital riesgo, y éste, tomando mando en plaza, se ha quedado con el 70% de su negocio. Así, de un plumazo. Lo pactado es lo pactado. Hablamos de la división de aislantes (URSA), que le aportaba a Uralita 407 de los 562 millones de facturación. El futuro de la empresa se reduce ahora al 10% de ese negocio, y al de yesos y tuberías. Quien mal anda, en eso de las compañías, mal acaba, como en el refrán. Hispanidad redaccion@hispanidad.com