La verdad es que no se sabe qué pinta Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, en la reunión de Bilderberg que se celebra este año en Turín. La lista es la habitual: especuladores financieros, banqueros, empresarios, políticos, organizaciones multilaterales (es decir, ONU),…

¿Qué pinta ahí el número dos del Vaticano?

A ver: Bilderberg es una de los manifestaciones del Nuevo Orden Mundial, de la nueva masonería. No hay nada más antisocial que unos ricos reuniéndose para arreglar el mundo. Es peor que las ocho palabras temibles de Ronald Reagan: “Soy del Gobierno y he venido para ayudar”. Los ricos no pueden entender ni los problemas ni las pasiones de los mortales porque no pueden entender por qué cuando sienten hambre no tocan la campanilla para que el servicio acuda con sabrosas viandas.

Peor en el caso de monseñor Parolin hay algo más. El representa a la Iglesia, al Cuerpo Místico de Cristo, quien difícilmente puede entenderse con el mundo, porque sus objetivos son diversos.