Tres futbolistas han abusado, presuntamente, de una menor. No hace mucho, otros dos, de primera división, grabaron sus refociles sexuales con otra joven y alguien, siempre hay un alguien, lo expandió por la red. No habló de los Ronaldo, Neymar o Messi, las grandes estrellas, aquejadas de egolatría. Me refiero a otros futbolistas de equipos más modestos pero igualmente necios o dedicados a actividades aún peores. ¿Dónde han quedado las virtudes del deporte? Hispanidad redaccion@hispanidad.com