En vísperas de Navidad alguien se ha atrevido -y ha pagado- este anuncio, ubicado en una de las carreteras radiales de Madrid (A-1, kilómetro 18). 
Medjugorje, santuario de apariciones marianas que se ha convertido en la capital mundial de la confesión y de la conversión.
Buena publicidad y muy valiente. 


Ya es hora de que los católicos espabilemos. Una cosa es que no estemos llamados a triunfar en el mundo, porque no somos del mundo, y otra cosa es que nos acobardemos ante el mundo.