La gravedad de la pandemia del coronavirus se disparó en el Reino Unido con 800 muertos al día a partir del 8 de abril. Hacia el 25 de abril las cifras británicas alcanzaban los 20.300 muertos, 50 días después de la primera víctima mortal en el país. En ese contexto, entre el 24 y 27 de abril la casa de sondeos Savanta ComRes entrevistó a 2.100 adultos para estudiar cómo afectaba el confinamiento a su vida espiritual o de oración. (Aquí, en inglés, el estudio completo Savanta ComRes sobre fe durante el coronavirus).

Según ese estudio, sobre unos 52 millones de adultos, un 5% son personas que antes no rezaban ni leían cosas espirituales, pero ahora lo han hecho por primera vez, durante el confinamiento. Además, hasta un 9% han visto o escuchado en radio, TV o Internet servicios religiosos, sin haberlo hecho nunca antes. Como se suele decir, los británicos se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena. Parece un porcentaje pequeño, pero en términos absolutos es bastante gente: 2,6 millones de británicos rezando por primera vez sin haberlo hecho antes
5 millones de británicos que nunca han sido espectadores de servicios religiosos en radio, Internet o TV, conectándose a misas y predicaciones por primera vez

Hay que tener en cuenta que esas cifras incluyen a muchas personas que se declaran cristianas pero que no eran nada practicantes. Pocos son ateos, la mayoría son "cristianos nominales", alejados de la fe.

Destacable también el hecho de que en condiciones normales (es decir, en la vida antes del coronavirus) la mitad de los británicos que se declaran cristianos nunca rezan (ni siquiera en momentos de crisis) y un 40% de los cristianos nunca se acercan al templo.