Ya prometía la peligrosa podemita, jueza en Canarias y acusadora de vocación. Victoria Rosell (en la imagen) fue compañera de colegio de Isabel García Tejerina: ya entonces se dedicaba a chincharle, más que por reaccionaria, por buenecita. O sea, que cuidado con la chica de Podemos, que su mala leche ya venía de la niñez. No, no se deben sacar conclusiones precipitadas. Por ejemplo, que las chicas buenas acaban en el PP y los malos en Podemos. Se trata de una gradación que va de políticas malas a políticas malísimas. Políticas buenas no se nos ocurre ninguna. Rosell ya apuntaba maneras de adolescente: madera de podemita y madera de 'malauvita'. Con Tejerina. Hispanidad redaccion@hispanidad.com