Cuando a un humorista no se le ocurre nada -algo que no supone un suceso extraño- recurre al sexo y al cura. Es decir, a la procacidad o a la blasfemia.
El mejor humorista con el que ahora cuenta España, Pepe Mota, no lo necesita y provoca sonrisas, risas y carcajadas apuntado contra el pensamiento único y contra lo políticamente correcto. 


Su nuevo programa en Televisión donde ya no actúa, 'sólo' dirige y guioniza, de título "Hoy no, mañana", así lo certifica.


Que Mota no baje la guardia porque remover las conciencias en lugar de los estómagos, es un logro sólo accesible a los grandes maestros.