El peaje en la sombra consiste en que una constructora construye una carretera y no le paga a los automovilistas que circulan por ella, sino al Estado. Con ello, el sector público no invierte en la construcción y lo paga en diferido. Pero, también con ello, resulta que el peaje en la sombra no lo pagan quienes utilizan la carretera sino el conjunto de los contribuyentes. Más impuestos. Y ahora viene la segunda parte: OHL realizó la ampliación de la autopista Madrid-Guadalajara sin coste para el contribuyente. Pero ahora surge el mercado secundario que pide permiso para venderle el peaje en la sombra a un fondo. Esto es, que se trata de un peaje en la sombra pero traspasable a terceros. Hemos creado un nuevo mercado secundario y, por tanto especulativo. Esta vez, con el asfalto. ¿A que somos gente moderna? Hispanidad redaccion@hispanidad.com