Mentirosa, indecente y chulesca. La ministra de Justicia abochornó el miércoles al Congreso de los Diputados. Su paso por la Comisión de Justicia será recordado por algún tiempo. Pero a ella no le importa.

Hasta tuvo la grosería de citar a un ausente, el exministro del Interior Jorge Fernández, como el gran ultraderechista, poco menos que fautor del chantaje al Estado, es decir, de la filtración de las educadas conversaciones de la señora ministra.

Su amigo, el juez Baltasar Garzón estará muy orgulloso.