Decíamos ayer que el éxito de Ocho apellidos vascos, ahora de Ocho apellidos catalanes tiene por hilo conductor la blasfemia continuada. Blasfeman como respiran. Y la única duda es si saben lo que hacen o si se trata de una blasfemia inconsciente. Pues va a ser que no, porque el señorito Emilio Martínez-Lázaro, guionista principal de la película nos aclara hoy, en entrevista con El Mundo, que lo peor que existe en el mundo son las iglesias y el nacionalismo. Ya se sabe que el jacobino comecuras siempre ha sido muy centralista. Pero no está mal: de esa manera, al menos Martínez-Lázaro se ha quitado la careta. No, no es inconsciente, ni producto de la ignorancia: es pura cristofobia y ganas de ofender. Hispanidad redaccion@hispanidad.com