Así, el ciudadano medio se roe el hígado a gusto y luego dice que la corrupción es el peor de los males que asolan al país. Mire usted si alguien ha metido la mano en la caja que paga lo robado y con intereses. Y si se trata de un político se le inhabilita para ocupar cargo público y en paz. Pero no hace falta retransmitir en directo algo tan aburrido como un juicio mercantil. Claro que si alguien profana una Iglesia, tal y como hizo la podemita concejala del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, entonces es otra cosa. Es una heroicidad. Hispanidad redaccion@hispanidad.com