Los que asesinan no son musulmanes herejes, son musulmanes ortodoxos. Y está claro que la actitud más sincera y acertada es aquélla que muchos llaman islamofobia. Las pruebas: el miserable, y majadero, asesino de Manchester, Salman Abedi (en la imagen), ya prometía en el colegio. Formó parte de un grupo de jóvenes de los que un profesor, en una escuela británica, preguntó qué pensaban de los islamistas kamikazes. Se ofendieron tanto que le acusaron de islamófobo ante la Dirección. Seguro que el profe fue llamado al orden. Esas preguntas no se hacen; podrían ser respondidas con sinceridad. ¿Y entonces? Ya saben, como el chiste: -Señorita, ¿preguntar es ofender? -No, Señor. Pregunte, pregunte. -¿Son ustedes eso que llaman puticas? Al mismo tiempo, en la mezquita de Manchester a la que acudía esta familia de canallas, la familia Abedi, los fieles protestan por la presencia policial… precisamente para protegerles de alguien que se haya cansado de respetar al islam mientras los islámicos no respetan a los cristianos. Salman Abedi acusaba de islamófobo a quien le preguntara qué pensaba de los kamikazes. Y Occidente, el de los valores, alentaba la acusación. Por tanto, ¿de qué nos extrañamos? Así que, ¿qué es islamofobia? ¿Odian al moro? No, sólo no ser idiotas frente al moro. Y también: no llamarse a engaño: los que asesinan no son islámicos herejes, son musulmanes ortodoxos. No es terrorismo de los islámicos: es terrorismo islámico. Hispanidad redaccion@hispanidad.com