Los políticos son muy divertidos: todas las ideas solidarias que se les ocurren se financian con el dinero de los ciudadanos. Es decir, con el dinero de los demás. Ahora piden, en la carrera por cómo beneficiar más a los huérfanos y a los  pobres de la capital, 426 euros para dos millones de familias en dificultades. En primer lugar las ayudas sociales ya existen con lo cual este  es un nuevo canto a la demagogia política reinante en España. En segundo lugar, las personas con dignidad no quieren renta social, lo que quieren es un trabajo que les dé para vivir con la cabeza alta. En definitiva, menos rentas sociales, señores, y más subir el salario mínimo y los salarios bajos. Hispanidad redaccion@hispanidad.com