Cuando Jordi Cruz, miembro del jurado de Masterchef le preguntó a Juan, de 10 años, entre otras cosas, si tenía algún “amuleto”. El pequeño rápidamente fue a buscar algo que va más allá de cualquier amuleto y le enseñó un gran crucifijo que tenía encima de su mesa de trabajo. Y ¿qué significa para él ese crucifijo? No lo dudó: “Para mí todo, es como mi Padre, Jesús”.

Jordi Cruz se quedó sorprendido ante la respuesta y dijo que se alegraba que tuviera fe y fuera importante para él para que le inspirase.

Cruz se quedó sorprendido porque claro, una cosa es sorprender a una concursante con un beso robado, como hizo él mismo con Tamara Falcó y otra cosa, muy distinta, -hasta ahí podíamos llevar- es que un niño lleve su cruz a un concurso de televisión (y, ni más ni menos, que a RTVE) para que le dé fuerza.

Además, para más abundamiento, en otro momento del programa Juan también confesó un truco: “Yo tengo un truco, antes de cocinar hay que rezar”. ¡Bravo por Juan!