Lo cuentan los abogados. Si el Ministerio de Justicia planteaba en abril la posibilidad de preparar una norma exprés para evitar -salir- el colapso en los tribunales, contemplar refuerzos en las jurisdicciones en las con mayor atasco (contencioso-administrativo, civil y social) y  habilitar las tardes y el mes de agosto, a estas alturas ya se debe de haber olvidado de llevarlo a cabo.

Lo que más claro debe tener el Ministerio es la parte de habilitar las tardes y el mes de agosto. Los trabajadores de los juzgados no están dispuestos ni a reforzar las plantillas en julio ni, mucho menos, a desempeñar su labor en agosto. Seguirán actuando como siempre, con coronavirus o sin él, oficial u oficiosamente. LAvacaciones son sagradas

Y ¿qué causas serán las más afectadas? Pues, por su carácter de urgencia, las de los juzgados de Familia. Porque dirimen divorcios, porque en esos divorcios suele haber implicados niños y porque el confinamiento no ha hecho sino empeorar una situación que ya estaba bastante dañada antes del coronavirus. 

Es cierto que los jueces de Familia optaron por agilizar las diligencias para decidir quién se llevaba a los niños o en qué condiciones se dictaba el divorcio. Pero a día de hoy se están dando citas en estos mismos juzgados para septiembre u octubre -y para entonces que todavía más de dos meses-.

Los abogados ven como no les dan curso a sus solicitudes que quedan paralizadas y así es imposible que puedan avanzar. Con lo cual, de desatascar la situación, nada de nada. Y de abrir los juzgados por primera vez en agosto, mucho menos. Con coronavirus o sin él, todo sigue igual. Al menos, en el mundo judicial.