Se puede decir que los abertales de Navarra, hoy en el Gobierno, conforman una comunidad agarrada y controladora, pues sólo permite que un 0,7% del IRPF vaya a la Iglesia o las ONGs. Como recoge Navarra Confidencial, es la única región que en caso de que el contribuyente marque las dos casillas, divide ese 0,7%: 0,35% para la Iglesia y 0,25% para fines sociales.

Algo bien distinto a lo que sucede en el resto de España, donde si se marcan las dos casillas, se reparte un 1,4% del IRPF. O sea, 0,7% para cada entidad.

Más dinero para Uxue Barkos.