Lean la información de 'Dolca Catalunya'. Es la crónica de una misa en la Sagrada Familia, la obra cumbre del arte moderno. El cura alaba a la abortada República catalana y un feligrés le responde con un 'Viva España'. Y todo delante del Santísimo, que es lo más grave, y en pleno sacrificio eucarístico. Mal por el feligrés, que debió esperar al final para hablar con el sacerdote en plan corrección fraterna. Peor aún por el oficiante, que en lugar de estar pendiente de Dios Padre, estaba pendiente del hortera de Puigdemont. Porque sí: lo que ha ocurrido en algunas iglesias catalanas desde el 1 de octubre es muy grave. Por ejemplo, sería un buen momento para que los obispos catalanes frenen la deriva separatista del clero catalán, que hace años vive en guerra civil soterrada. Hispanidad redaccion@hispanidad.com