La directora del Instituto de la Mujer Beatriz Gimeno, dependiente del ministerio de Igualdad de Irene Montero, ha organizado recientemente un debate telemático titulado ‘Covid-19 con perspectiva de género’. Y ha resultado que es una visionaria: «la crisis del coronavirus nos demuestra que lo que el feminismo venía teorizando desde hace tanto tiempo tenía razón».

Junto a dos expertas en la materia, que también pertenece a la Ejecutiva nacional de Podemos, Gimeno sostiene que «ahora el problema es la capacidad que va a tener el feminismo para meter toda la teoría elaborada en las últimas décadas en la agenda». Así mismo, alerta de que, en otras crisis, las medidas del feminismo han quedado «postergadas».

«Me parece muy importante, justo en este momento, volver a tener un ministerio feminista que sea capaz de estar vigilante en que todas las políticas que se vayan adoptando incorporen la perspectiva la perspectiva de género», advierte Gimeno en la charla. Y seguimos sin saber de qué está hablando.

Una de las oradoras señala que la crisis de 2008 afectó más a los hombres ya que se frenó el mercado de la construcción. Sin embargo, ahora, dicen, serán ellas las que acaben más golpeadas laboralmente por el coronavirus, porque el sector de los servicios está más «feminizado». En esta línea, insisten que el sector de la atención domiciliaria también ocupa a más mujeres que a hombres. ¿Atención domiciliaria? ¿Empleadas del hogar o amas de casa?

Gimeno y sus colaboradoras siguen desarrollando sus teorías para llegar a una determinante conclusión: durante la crisis del coronavirus, en las familias son los hombres los que normalmente ahora salen a hacer la compra al supermercado. «Es muy curioso cuando piensas por qué ellos están haciendo la compra. Pues porque la única posibilidad de salir de casa es hacer la compra y ellos salen a la calle y ellas se quedan en casa. Esto también refuerza esa idea de que los hombres en cuanto pueden se van del hogar y hacer lo que sea con tal de no estar en la casa haciendo tareas. Ay, si el Fary viera a esos hombres con los carros de la compra. Con lo poco que le gustaba a él la figura de 'El hombre blandengue'

Continúa la«Ir a hacer la compra era hasta sociológicamente gracioso, yo me he fijado que todos están con el móvil mandando a su mujer las marcas de productos con fotos porque no estaban acostumbrados a comprar". ¿Dónde irán a comprar ellas? Donde yo compro habitualmente hacen la compra tantos hombres como mujeres... Esto es fundamental, creo.