Sólo son 120 los soldados españoles desplegados en Mali, a quien visitó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Ahora le toca el turno a las tropas españolas en Senegal. Rajoy se entusiasmó con la necesidad de los países avanzados de contar con un buen ejército. Muy cierto don Mariano, pero se estaba dirigiendo usted a varias decenas de militares que, además, acudieron cuando ya el Ejército francés, con más de 1.000 efectivos y blindados con apoyo aéreo, habían acudido a Mali para que este país no cayera en las garras de los salvajes islámicos. El Gobierno español envió un avión y un centenar de personas para apoyar a los franceses, no para combatir. Poca cosa. Y conste que los soldados españoles lo han hecho estupendamente bien, como siempre. Es decir, mientras los soldados franceses eran acusados de abusar sexualmente de niños (en África) y niñas a cambio de dinero para no morirse de hambre, a las tropas españolas y han estado en los más diversos países del mundo, nadie las ha acusado nunca de estas aberraciones. Es decir, que aquí el coraje y la solidaridad con el débil se debe a las tropas; a los gobiernos españoles, más bien poquito. Ya saben: ¡Qué buen vasallo -qué buenos vasallos- si hubiera bien señor! Por cierto, esto no tiene nada que ver con lo de Dallas. Sí, muy condenable la violencia de majaderos musulmanes pero también es condenable la infamia de disfrazar los insultos a un credo religioso como libertad de expresión. Hispanidad redaccion@hispanidad.com