¿Quién reconciliará en mi a la doncella con la madre? Es decir, quién reconciliará la fe con la razón. Margarita Robles cantó “La muerte no es el final”, que con todo respeto es una canción eminentemente cristiana. No está mal para un Gobierno tan progresista y ateazo como este.

Luego se acoquinan y pretende prohibir los silbidos a Sánchez por ley, porque los abucheos del 12 de octubre al presidente del Gobierno constituyen “un insulto a todos los españoles”. No, Margarita, no es un abucheo-insulto a todos los españoles, sino tan solo a Pedro Sánchez, que es un señor que no representa a todos los españoles.

Además, lo que quieren los españoles no es insultar a todos los españoles, sino exclusivamente cachondearse de uno de ellos: don Pedro Sánchez.

Y hasta la Zarzuela tiene que mentir para salvar la cara.