Irlanda está a un paso de legalizar el homomonio, sumándose así a una Europa empeñada en sodomizarse. El argumento es genial: en nombre de la igualdad ante la ley, los gays tiene derecho a perpetrar matrimonio. Hombre no. Verán, el matrimonio no es más que un reconocimiento que el Estado otorga a aquellos –él y ella- que aportan hijos a la sociedad para el sostenimiento del país y, por de pronto, en calidad de futuros contribuyentes. Ni más ni menos. Ahora bien, los gays, de entrada, renuncian a la procreación, por lo que no tienen derecho alguno al matrimonio. Y si quieren tener hijos resulta que son prestados o medio prestados. Procreación y homosexualidad son realidades contradictorias. De otra forma, cualquier español podría alegar su derecho a ser presidente de los Estados Unidos por razones de igualdad. ¿Qué tiene Obama que no tenga él? Por la misma razón de igualdad ante la ley, Juan Español puede pretender se chino pero no lo es. O Premio Nobel de Literatura sin saber escribir. Derecho tenemos todo a todo. Pero no deberíamos tenerlo si no nos lo hemos ganado o si no lo merecemos. Irlanda, estás cayendo tan bajo como España. Sobre todo en argumentos. Hispanidad redacción@hispanidad.com