La número tres de Podemos, Carolina Bescansa (en la imagen), se llevó a su bebé al Congreso y Pablo Iglesias abandonó por un momento su habitual cara de perdonavidas cabreado para acoger a la criatura. Según Bescansa se trata de "visibilizar" lo que hay en la calle, en las instituciones. Hombre no, señora. A mí los bebés me gustan en todos los sitios. En el Congreso poco, porque se aburren mucho, pero lo de visibilizar es una chorrada, señora madre. A lo mejor es que usted trata de convertir el vicio en virtud, el vicio de ser diputada a cualquier precio, aunque acabe de tener un hijo, lo que debería ser prioritario para usted. Es la ecuación de toda madre: mi hijo antes que yo. Recuerde que Soraya Sáenz de Santamaría se convirtió en vicepresidenta del Gobierno con un bebé de días. Naturalmente no ha vuelto a tener otro en cuatro años de legislatura y naturalmente no ha podido ocuparse de la criatura como hubiera deseado. Ella misma lo reconoce, aunque naturalmente, no se arrepiente de ello. En cualquier caso, no me parece mal la excursión con bebé de Bescansa aunque sólo sea porque las chifladas de las "mujeres progresistas" le han reprochado el gesto. Entonces aplaudo. A fin de cuentas, las progres son como las brujas: siempre han odiado a los bebés. Hispanidad redaccion@hispanidad.com