Recuerdo que en mi niñez siempre había algún idiota que venía con aquello de los Reyes son papá, mamá y la cartera. Se equivocaba, por supuesto, pero no en su mamonada de quebrar el sueño de un niño-colega. Recuerdo, en especial, a uno de ellos hoy convertido -pura coincidencia- en un adulto amargado. 

Pero aquello era algo fácilmente conjurable. Lo que muestra y demuestra este vídeo-teléfono, es lo que regoldó un vasco canalla con ansias de amargar a niños no amargados, y utilizando el poder expansivo de las instituciones públicas. En otras palabras, aprovechándose del dinero de nuestros impuestos para esparcir sus heces por la zona.

Pero ni los peneuvistas vascos ni los socialistas que juegan a las cocinitas con Otegi levantarán la voz. Hacen mal porque todos los males tienen la misma raíz: se empieza masacrando la inocencia infantil y se acaba dando tiros en la nunca.

Javier Ybarra explica muy bien este recorrido en su última pieza (en el documento adjunto).