La actual sociedad occidental tiene demasiado miedo a la muerte, razón por la que vive atemorizada y paralizada. La sociedad española no es una excepción. 

Los médicos no nos han alargado la vida, nos han alargado la vejez. Y eso condiciona toda la política y toda la economía, dispara el gasto sanitario y, lo que es más importante, vivir más años, viviendo mal, no hace más feliz al hombre.

Los ministros de Hacienda lo saben muy bien. Especialmente cuando elaboran los Presupuestos del Estado.

Aunque, bien pensado, si no confías en que hay algo más allá de la muerte, y yo les aseguro que lo hay, ¿cómo no sentir pavor ante el tránsito?