Lo dijo ayer uno de los agricultores que se manifestaron en Madrid contra la despoblación del mundo rural. Una despoblación que, en efecto, supone un grave problema y que coindice con la suprema memez propia del talibanismo ecologista, esta vez a cargo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-León, que sencillamente ha prohibido la caza en la región más grande y de Europa y una de las más despobladas.

Pues bien, lo que dijo ese agricultor-manifestante, el pasado domingo 3 en Madrid, fue muy claro: lo que no deja el ecologismo, lo deja la caza. La caza permite a muchos rurales continuar viviendo en ese medio. Pero el Tribunal de Castilla-León -¡Loor a la independencia judicial!- así lo ha decidido.

Insisto: lo malo no es la politización de la justicia, lo malo es la judicialización de la política. Y entre políticos y jueces, con todo respeto, me quedo con los políticos.