No pretendan definir ideológicamente a Pedro Sánchez, y mucho menos moralmente. Sánchez es un amoral y sólo cree en una ideología: la de mantenerse en Moncloa el mayor tiempo posible y en un principio: su propio ego. 
Es la viva representación de Groucho Marx: "Estos son mis principios pero, si no le gustan, tengo otros".


Ahora toca unirse a Ciudadanos como antes tocó unirse a podemitas, independentistas y proetarras. 


Antes era frentepopulista, ahora va a crear, con Albert Rivera, el Movimiento Nacional Progresista (MNP) partido único para una España nominalmente democrática.
No me extraña su querencia a la momia de Franco: está imitando el Movimiento Nacional unificado por el General como partido único del Régimen.