Típico de la diplomacia borrelliana. Lamentar los enfrentamientos en Trípoli -en efecto, muy lamentable- como si lo que hoy ocurre en Libia no fuera culpa de don Barack Obama y su desastrosa primavera árabe. 

No solo eso: en la desintegración del Régimen del coronel Gadafi -que no era ningún santo-, pero que ha sido superado en bestialidad por los yihadistas pro-Estado islámico de ahora mismo. Otro éxito de Obama en el mundo árabe. En este caso, además, con la aquiescencia europea, porque fueron aviones europeos quienes acabaron desde el aire con Gadafi y dieron pábulo a la panda de asesinos energúmenos hoy enfrentados entre sí en el país.

Y, por cierto, Libia es el reino de las mafias de las pateras.

Hay que tener jeta, don José Borrell para lanzar comunicados (ver el documento adjunto) lamentando ahora la situación.