Al final, el gran plan de la Unión Europea sobre inmigración, aprobado el miércoles 13, consiste en establecer cuotas por países y ayudar a aquellos Estados-pórtico que sufren avalanchas de inmigrantes ilegales, como son Italia y España. Bien por lo segundo y probablemente habrá que soportar lo primero pero, oiga, ese no es el camino. El camino a seguir ante la inmigración es el de fronteras abiertas y, al tiempo, ayudar a los refugiados que huyen de la guerra y ayudar, allí, no aquí, a los países de donde surgen los inmigrantes que lo son por hambre y miseria. Porque la migración siempre tiene un origen nefasto: emigra el que lo necesita, no el que quiere. De nada vale expulsar a quien está desesperado, volverá. Hispanidad redaccion@hispanidad.com