Mientras Angela Merkel se implica personalmente en la "tolerancia cero" contra los ataques xenófobos a los refugios, el Gobierno húngaro, desbordado por la oleada de inmigrantes, sigue adelante con su valla de púas para contenerlos. Una arista más para comprender que un problema, cuando es europeo, hay que afrontarlo en serio entre todos los europeos. La diferencia entre los dos países es bastante sorprendente, aunque Alemania sigue siendo la meta que esperan alcanzar la mayoría de los inmigrantes que escapan de la violencia en Oriente Medio y, sobre todo, de la guerra en Siria. Es verdad que ahora llega a Hungría el problema que han tenido previamente Grecia, Macedonia y Serbia y que se ha convertido en el epicentro de la crisis migratoria. Y es cierto igualmente que mientras Alemania es el país más poblado de Europa, Hungría sólo tiene 10 millones de habitantes y han cruzado sus fronteras desde enero más de 100.000 refugiados. Por eso se ha quejado, con razón, del modo en que la Comisión Europa ha repartido los fondos de ayuda para prevenir el caos. Janos Lazar, jefe de gabinete del primer ministro Orban, en concreto, ha calificado de "humillante" ese plan y ha pedido 8 millones de euros adicionales a los 61 millones que ya ha recibido. Pero una cosa es el reparto de ayudas, en la que la calculadora burocrática de la UE ha fallado, y otra, seguir empeñado en construir una valla metálica con púas de 175 kilómetros en la frontera con Serbia, que no forma parte de la UE. El resultado está a la vista: no disuade a los refugiados, sino que aumenta su drama mientras campan a escondidas en tierra de nadie. Angela Merkel ha preferido coger el toro por los cuernos, desplazarse personalmente a uno de los centros de refugiados, en Heidenau (Sojonia) y ha soportado los gritos que le acusaban de "traidora" por sus disposiciones a dar asilo a los que huyen. Y más lo más importante: ha pedido "un trato humano y digno" para los refugiados. Heidenau ha sido uno de los escenarios en los que ha habido disturbios para impedir la llegada de refugiados. Hispanidad redaccion@hispanidad.com