El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, es un bocazas. Pero eso no es noticia, sino una evidencia y con sabor a obviedad. No obstante, el problema no es ser tener una dificultad para mantenerse callado, sino ser un bocazas que injuria y que arremete contra el prójimo a la menor oportunidad.

Y así, Revilla ha vuelto a meter la pata al decir que al Guardia civil cometió una chapuza por dejar escapar al peligroso delincuente Luciano José Simón. Naturalmente, horas después, la Benemérita conseguía trincarle al tenderle una trampa. Sin embargo, un agente resultó herido y a nadie le ha hecho mucha gracia la nueva metedura de pata de Revilla, aunque luego se disculpara.

Sobe todo, ¿por qué una autoridad tiene que hablar cuando una operación está en marcha? ¿No podía haberse esperado? Pues no, le urgía abrir la boca. Lo necesita para respirar.