Ignacio Echevarría (en la imagen) se merece esa calificación, que conste. Ha muerto a manos de un terrorista y defendiendo al más débil. Y era un católico, algo que algunos tratan de ocultar porque claro: si era admirable no podría ser católico y si es católico no conviene que sea admirado. Pero hay algo que me preocupa. Y es aquello de ¡ay de los países que necesitan de sus héroes! Sobre todo, porque eso significa que el carácter de ese país no resulta heroico. La España actual no lo es… por eso necesita más, y le debemos mayor gratitud, a Ignacio Echeverría. Y por cierto, sólo 1 de los ocho asesinados en Londres era británico. Da que pensar. Hispanidad redaccion@hispanidad.com