Estamos en verano, el periodo vacacional por excelencia y de mayor turismo de todo el año. Sin embargo, esto no ha sido un impedimento para que se realizaran un montón de huelgas de los sindicatos, que tienen sus reivindicaciones, claro está, pero que también van contra los ciudadanos al hacerse en fechas de gran afluencia de viajeros en el transporte.

Al hilo de esto, conviene recordar que la mayoría de estas huelgas convocadas intentan reflejar las protestas de pequeños colectivos, pero perjudican los viajes ¡en vacaciones! y por eso, en muchos casos, los servicios mínimos decretados por el Ministerio de Fomento (ahora en funciones) son elevados.

Como saben, las movilizaciones se suceden en el transporte ferroviario, en concreto en Renfe, donde un sindicato minoritario (CGT) consiguió cancelar más de 300 trenes el pasado 14 de agosto y hará lo mismo este fin de semana. Pero las huelgas también invaden el transporte aéreo: al personal de tierra de Iberia de varios aeropuertos (Madrid, Barcelona, Bilbao y Málaga), se suman las de los tripulantes de cabina (TCP) y pilotos de Ryanair por el cierre de cuatro bases, así como la de los vigilantes de seguridad de Barcelona-El Prat (empleados de la compañía Trablisa), o la de los controladores de pasaportes de Palma de Mallorca (trabajadores de Acciona Facility Services), entre otras.

¿Cuál es la siguiente? Porque seguro que habrá más.