Primero fue un juzgado de lo Social de Madrid (marzo 2017) y ahora ha sido la Audiencia Provincial de Madrid la que ha vuelto a darle la razón a Bankia frente a Iberdrola por la salida a bolsa de la entidad financiera.

La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán invirtió 70 millones de euros en la OPV de Bankia, una cantidad que pretende recuperar alegando los mismos argumentos que esgrimió el Tribunal Supremo cuando falló a favor de los minoritarios, esto es, que fueron engañados porque el folleto de la OPV no reflejaba la imagen fiel de la entidad.

La sentencia conocida esta semana es importante: marca el camino al resto de inversores institucionales que acudieron a la OPV de Bankia

Pero no cuela y la Audiencia Provincial de Madrid ha desestimado el recurso de la eléctrica: “A Iberdrola se le presume la experiencia, conocimientos y cualificación necesarios para tomar sus propias decisiones  de inversión y valorar correctamente sus riesgos”, explica la sentencia.

Parece lógico y de sentido común. Entonces, ¿por qué se empeña Galán en la demanda contra Bankia? La empresa asegura que es por responsabilidad con sus accionistas -lo mismo alega Bankia en su defensa- y no le falta razón. Ahora bien, Galán demandó a Bankia porque le sentó muy mal que el banco vendiera su participación en Iberdrola deprisa y corriendo, dentro de su plan de desinversiones impuesto por Bruselas tras recibir las ayudas públicas. Era su principal accionista. Según el presidente de Iberdrola, Bankia se marchó sin previo aviso y de golpe, algo que suele perjudicar al valor de la cotizada.

La sentencia conocida esta semana es importante: marca el camino al resto de inversores institucionales que acudieron a la OPV de Bankia. Iberdrola tiene 20 días para recurrir.