Amelia Bradbury, de nueve años, lleva meses manifestándose sola a las puertas de su escuela cada viernes. Quiere imitar a Greta Thunberg, pero no lo tiene fácil. Ella tiene que hacerlo en solitario. "La primera vez estaba bastante asustada, porque nadie quería protestar conmigo", dice Bradbury. "Lo hago porque me preocupa. Quiero que la gente escuche. Hay que cambiar las cosas".

Sostiene un cartel hecho a mano en el que se lee 'Me movilizo por la naturaleza'. No obstante, a veces, manifestarse sola se vuelve complejo. "En el frío, cuando hiela, es bastante difícil", explica. Algunas de sus amigas de la escuela han mostrado interés en sumarse. Son sus padres quienes dudan. No es fácil lanzar un movimiento en soledad.

En noviembre, su padre subió un vídeo de ella en Twitter después de que el primer ministro Boris Johnson anunciara que no acudiría al debate de candidatos sobre el clima celebrado justo antes de las elecciones. "Mañana voy a estar de pie bajo la lluvia y usted no podía dignarse a participar en un debate con otros candidatos en un estudio con calefacción. ¿Cómo de patético puedes llegar a ser?", dijo la pequeña activista.

En Escocia Holly Gillibrand, de 14 años, lleva más de un año protestando: "En las ciudades y lugares con más habitantes es más fácil conseguir que los medios hagan caso. Tienden a olvidarse de quienes viven en el medio rural de Escocia, por ejemplo. Aquí tenemos una perspectiva propia sobre los temas y nuestras voces merecen tanto eco ahí fuera como el resto".

Pero, gracias a las redes sociales estos luchadores por el planeta se sienten más fuertes. Fue precisamente el poder de las redes sociales lo que inspiró a Anna Kernahan, de 17 años, Grade Maddrell, de 14 y Helen Jackson, de 21, a lanzar Solo But Not Aloneque viene a significar "En solitario no significa solas". Se trata de una cuenta en Twitter que difunde las historias de quienes se manifiestan en solitario.

La repercusión vía internet ha servido además para que pudieran conectar con jóvenes como Mulindwa Moses, un activista de 23 años que vive en Uganda y se manifiesta en solitario junto a una carretera. Ha llegado a hacerlo 55 días seguidos. Ahora lo hace solo los viernes y sábados -a lo mejor de lunes a viernes le ha tocado recuperar alguna asignatura- y en apoyo de la campaña para salvar a selva del Congo y otra para salvar árboles.” He perdido amigos que me dicen que no pueden seguir relacionándose conmigo porque estoy al lado de la carretera con un cartel y me paso la mayor parte del tiempo plantando árboles".

Y, por último, una privilegiada en esa lucha contra el cambio climático. Anna Kernahan, que se manifiesta sola en Belfast. Lo hace cada viernes desde las 12 del mediodía hasta las 15 horas. Hace los deberes o lee. Aunque trata de que se le sumen amigas, no lo ha logrado. Pero cuenta con un apoyo importante: Greta Thunberg. "Cuando ella me retuitea, el teléfono se vuelve loco de la cantidad de likes que llegan", dice.